La guía definitiva para organizar eventos inolvidables

O cómo evitar que tu evento se convierta en un percal de proporciones épicas

Organizar eventos es como intentar hacer una paella para 50 personas sin haber cocinado ni un arroz a la cubana en tu vida. Parece fácil: un local bonito, cuatro aperitivos, un poco de música y listo. ¡Ja! Qué ingenuo.

Si crees que con eso basta, prepárate para presenciar el desastre en primera fila. Un acto corporativo puede convertirse en una versión empresarial de «Los Juegos del Hambre», una fiesta de empresa en un drama digno de telenovela y un team building mal diseñado en un gallinero lleno de pollos sin cabeza.

Y todo, porque alguien pensó: “Bah, esto de organizar es fácil”.

La guía definitiva para organizar eventos corporativos, privados y team building

Improvisar: la trampa mortal de los organizadores optimistas

Hay gente que cree que organizar un evento es algo intuitivo, que todo se coloca mágicamente en su sitio y que, por obra del destino, la logística se resuelve sola. Si fuera así, los organizadores de eventos tendrían mucho más pelo y muchas menos ojeras.

La realidad es otra: sin planificación, todo se va al garete en menos tiempo del que tarda el jefe en preguntar «¿dónde está el presupuesto?». El sonido, la iluminación, el espacio, la comida… Todo tiene que estar medido, calculado y revisado.

Y no, no es cuestión de ser paranoico. Es cuestión de ser objetivos. Si algo puede fallar, fallará. Y cuando lo haga, más te vale tener un plan B, un plan C,… Todos conocemos a Murphy, que tiene la mala costumbre de colarse incluso en los encuentros.

Improvisar: la trampa mortal de los organizadores optimistas

Si hay algo que puede destrozar un evento en segundos es la comida. O mejor dicho, la falta de ella.

Un grupo de asistentes hambrientos no presta atención, no disfruta, no socializa. Solo piensan en una cosa: escapar al bar más cercano y atiborrarse de patatas bravas.

El error clásico (FAIL) es elegir un catering que parece de una boda de influencers: platos minúsculos, ingredientes rarísimos y combinaciones que nadie pidió. Peor aún, no preever que entre los asistentes habrá veganos, alérgicos o alguien que simplemente odia la quinoa.

Pero ojo, que la bebida también tiene su miga. Una barra libre sin control, puede terminar con una sesión de zombies en la sala y confesiones de amor entre compañeros de departamento. Y si restringes demasiado las bebidas, lo único que lograrás es un grupo de adultos tristes mirando su vaso de agua con la misma emoción con la que miran la declaración de la renta.

Discursos eternos: el enemigo número uno de la diversión

Un evento es para conectar, inspirar… o al menos, para que la gente no se duerma de pie.

Y ahí es donde entran los discursos. Ah, los discursos. Ese momento en el que un jefe decide que su audiencia está lista para una conferencia TEDx sobre la historia de la empresa, sus valores y su contribución a la humanidad.

No hay nada peor que una charla interminable sin chispa. La gente empieza con una sonrisa, luego revisa el móvil, después cambia el peso de un pie a otro y finalmente entra en estado de coma.

Regla de oro (MUST) : corto, directo y, si se puede, con un toque de humor. La gente recuerda lo que le hace sentir algo… y si lo único que siente es desesperación, el recuerdo del evento será un trauma, no una experiencia.

Team building: ¿diversión o humillación colectiva?

El team building es un arma de doble filo. Puede ser una genialidad… o un FAIL de proporciones bíblicas.

Todos hemos visto desastres: dinámicas donde nadie quiere participar y juegos que parecen diseñados por alguien sin mucha visión de la interacción humana.

Lo ideal es elegir actividades donde todo el mundo se sienta cómodo, no un reality de supervivencia en el que media plantilla termina llena de barro y la otra mitad con excusas médicas inventadas para no participar.

Si hay algo que puede cambiar por completo un evento es la música. Un buen ambiente lo es todo, pero claro… depende de qué entiendas por “buen ambiente”.

Dejar la playlist en manos de un DJ sin dar instrucciones (FAIL), puede acabar en dos escenarios extremos: un fiestón electrónico en una reunión corporativa o una sesión de baladas digna de un entierro.

Hay que encontrar el equilibrio. Demasiado baja, y la gente siente que está en una sala de espera. Demasiado alta, y los asistentes se comunican por señas. Y nadie quiere gritarle al de al lado cuando intenta hacer networking.

El final del evento: lo último que ven es lo que recordarán

Muchos creen que el evento termina cuando la gente empieza a marcharse. Error. El cierre es lo que deja huella (MUST).

Si los asistentes simplemente se van, como quien abandona un supermercado, la experiencia se diluye. Un buen evento tiene un broche final: un agradecimiento, un detalle, un resumen en vídeo… algo que haga que la gente se vaya con la sensación de haber vivido algo especial.

Porque al final, la clave no es solo que todo salga bien, sino que la gente se lleve un recuerdo inolvidable. Si logras eso, habrás ganado. Y si no… bueno, al menos tendrás una buena anécdota para contar en la próxima fiesta.

Eventos corporativos en Menudo Percal

Nuestra checklist para un evento épico (y sin caos)

🔲 Planificación afilada – Ten un plan A, B y un comodín por si Murphy decide hacer de las suyas.
🔲 Catering bien pensado – Comida variada, bebida equilibrada y sin platos que parezcan arte conceptual.
🔲 Música con cabeza – Que anime sin estorbar, y que no parezca ni un after ni un velatorio.
🔲 Discursos cortos y con garra – Inspira, emociona y deja con ganas de más (no de mirar el reloj).
🔲 Actividades que unan, no que espanten – Team building divertido y accesible para todos.
🔲 Cierre de impacto – Un regalo, una foto, un brindis o una sorpresa que quede grabada en la memoria.

🎭 Toque original: Convierte el evento en una misión secreta con pistas ocultas, entradas misteriosas y sorpresas inesperadas. Un festón con aire clandestino que todos querrán descifrar. 🚀

Si después de leer todo esto te han entrado sudores fríos solo de imaginar el percal que supone organizar un evento, respira hondo. La buena noticia es que no tienes que hacerlo solo.

Nosotros nos encargamos de que tu evento no solo sea un éxito, sino que además sea recordado por buenas razones (y no porque la comida fue escasa o porque alguien terminó haciendo breakdance involuntario en la pista de baile).

Hacemos eventos corporativos, fiestas privadas, teambuildings y todo lo que implique reunir a la gente y hacer que disfruten.

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Convertimos tus ideas en experiencias memorables.

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